A pesar de que esta lírica está en auge, no falta un curioso que se pregunte: pero, en últimas, ¿qué es eso de la ópera?
Los recientes recitales de grandes artistas, la temporada de la Ópera de Colombia, las transmisiones en directo y la llamada Ópera al Parque que realizó hace poco la Orquesta Filarmónica con éxito inusitado sugieren que la lírica está en auge. No obstante, en una urbe de más de ocho millones de personas, no faltará un curioso que se pregunte: pero, en últimas, ¿qué es eso de la ópera?
La respuesta es simple: un género teatral que expresa sentimientos y emociones y que armoniza el sonido de una orquesta con la voz humana, con el drama y hasta con la danza. Pero, además, y para comprender su dimensión actual, hay que poner de presente un dinamismo que la ha llevado a estar cada vez más lejos de la cursilería que solía padecer por culpa de una obsolescencia teatral con trazas, hasta hace poco, de irremediable. En otros entornos, las puestas en escena han dejado el acartonamiento en función de conceptos contemporáneos, y se remozan relatos arcaicos que hoy parecerían irrelevantes. La importancia musical no parece bastar cuando se dejan de lado las posibilidades escénicas de un espectáculo integral, y aunque en estos andurriales se advierte aún el trasnoche y la consiguiente decrepitud, en los más importantes teatros, sin alterar ni una nota, se ha refrescado la especie gracias a una enriquecedora libertad dramática.
Además, en la ópera, para beneficio de los nuevos aficionados y desde luego del propio género, cada vez se ven menos gordas sin gracia, muchas sopranos parecen modelos y los tenores son, a menudo, bien plantados y al igual que barítonos, mezzosopranos y bajos poseen notables dotes actorales. Los decorados de cartón y los colorinches han sido suplidos por el ingenio de verdaderos artistas de la producción escénica y plásticos que, merced a la multimedia y a otras técnicas, consiguen planteamientos de renovado interés y, ante todo, sincrónicos con los tiempos. Los repertorios trillados, que por aquí no se han logrado superar después de tres décadas, les han dado paso a otros inexplorados, a lecturas muy audaces y, por supuesto, a títulos modernos que están a la orden del día.
Ojalá alguna vez lleguemos a esas instancias. Mientras tanto, la sugerencia para cualquiera que quiera aproximarse a la ópera o al menos saber de qué se trata es que no se pierda las transmisiones en tiempo real que llegan a varios cines desde el Metropolitan de Nueva York y que permiten -además de enfrentarse a obras muy improbables en estos parajes, como el Don Carlo, de Verdi- darse cuenta de lo que, sin equívocos, es la ópera de hoy en día.
Tomado de EL TIEMPO, publicado.Por Fernando Toledo. 22 de nov 2010
martes, 23 de noviembre de 2010
sábado, 6 de marzo de 2010
domingo, 28 de febrero de 2010
La Damnation de Faust -Hector Berlioz
Es una obra para orquesta, voces, y coro, compuesta por Hector Berlioz, quien la llamaba "légende dramatique". Es una obra entre la ópera y la sinfonía coral. Berlioz escribió el libreto con ayuda de Almire Gandoniére, a partir de la obra de Goethe Fausto. Se estrenó en París el 6 de diciembre de 1846, en versión de concierto.
La condenación de Fausto se representa regularmente en salas de conciertos y ocasionalmente en escena como una ópera. Tres secciones de esta obra, la Marche Hongroisse (Marcha húngara), Ballet des sylphes, y Menuet des folles se interpretan separadamente como piezas independientes bajo el título "Tres piezas orquestales de La Damnation de Faust.".
A los 24 años, Hector Berlioz leyó la traducción de Gérard de Nerval del Fausto, primera parte, de Goethe, y quedó fascinado con la historia e identificado con Fausto, un ser con profundas ansias de trascendencia y torturado por el amor. Comenzó a componer música para ciertas partes del poema, como "La Balada del Rey de Tule" de Margarita, "La Canción de la Rata" de Brander, y el "Himno Pascual", entre otros. Fueron en total ocho escenas que no contaban la historia completa sino que buscaban conjurar la atmósfera del poema de Goethe. Esta obra fue publicada en 1829 como "Huit Scènes de Faust" (Ocho Escenas de Fausto), su Opus 1. Sin embargo no quedando conforme con la misma por considerarla primitiva quemó todas las copias publicadas.
Inicialmente pensó en componer una gran ópera incorporando sus Ocho Escenas, y le pidió al libretista Almire Gandonnière que escribiera el texto, pero terminó escribiendo él mismo casi todo el libreto. Mientras componía la música, sintió la necesidad de transmitir una visión más amplia de la obra que no quede limitada por el espacio operístico, y decidió caracterizar su obra como una leyenda dramática para presentarla en concierto. Tal como ya había sucedido anteriormente con Romeo y Julieta (1839), Berlioz crea nuevas formas musicales combinando elementos dramáticos propios de la ópera como monólogos, dúos y coros en un formato de concierto propio de la sinfonía.
Berlioz condensó la trama de la primera parte del Fausto de Goethe, eliminando varios de sus personajes (Siebel, hermano de Margarita, Marta la vecina), para concentrarse en el romance entre Fausto y Margarita.
Además hizo cambios significativos respecto de la obra de Goethe. No existe un pacto con el demonio, punto de partida de esta última, sino que el amor es una trampa extorsiva tendida por Mefistófeles. Recién al final de la obra Fausto decide entregar su alma al diablo para que Margarita pueda alcanzar el paraíso, convirtiéndose así en su salvador.
Sin embargo, más allá de las diferencias, ambas obras tienen en común el escepticismo respecto del poder de la razón para alcanzar el conocimiento y la felicidad. En este sentido, Fausto encarna la desilusión del intelectual ilustrado.
El estreno de esta obra fue recibido con indiferencia por el público parisino, con escasa concurrencia en las primeras representaciones lo que llevó a Berlioz a un importante revés financiero. Tal como él mismo lo describe en sus memorias:”Nada en toda mi carrera artística me ha hecho sufrir más que esta inesperada indiferencia”.
martes, 19 de enero de 2010
“Los Cuentos de Hoffmann” en el Metropolitan de Nueva York
El Metropolitan de Nueva York deslumbró con una producción inolvidable de “Los Cuentos de Hoffmann” a cargo del director Bartlett Sher, con escenografía de Michael Yeargan y vestuario de Catherine Zuber. Sher revitaliza la obra de Offenbach, le da un entorno inesperado llevándonos por un viaje de fascinación psicológica a través de la vida y los amores de Hoffmann. Una producción inquietantemente oscura. El concepto de Sher nos relaciona de manera definitiva con el escritor y su musa, con el artista y su intelectualidad, con el hombre y sus temores. Confirmo una vez más, Sher revitaliza “Los Cuentos de Hoffmann”, los hace suyos y da una imagen nueva para aquellos que desean introducirse a esta ópera maravillosa.
Por último y como si lo descrito no fuera suficiente para aplaudir de pie hasta perder la sensibilidad en la palma de las manos por una causa más que justa, tengo que decir que ver al legendario, reconocido y mítico James Levine al frente de la Orquesta del Met es recorrer con la mente la historia de la ópera de los últimos 30 años. Ningún ser humano puede soportar semejante afrenta de genialidad en tan pocas horas. Solo hay una cosa que puede superar lo visto en el Metropolitan y es salir con mi amor soñado de la mano, cosa que hice inmediatamente después para envidia de Hoffmann. Perdón Hoffmann!
Alejandro Villarreal
Elina Garanča: un fenómeno irrepetible
En directo desde el MET de Nueva York, el sábado 16 de enero de 2010 vimos la ópera Carmen con Elina Garanča en el rol titular. La belleza de esta Letona de 1.80 de altura, de talla perfecta, de hermosas facciones, extraordinaria actriz y poseedora de una de las voces más impactantes de los últimos tiempos, hacen imposible quedar indiferentes ante esta conjunción de virtudes, ..simplemente es perfecta…
Todos los detalles que pueden hacer de ésta función una Carmen más dentro de las miles que hemos visto, se dispersan al contar con este monstruo nuevo que entra al mundo operático y que es Elina Garanča, sólo por ella, ésta versión será inolvidable.
Francisco Javier Bernales
Aunque cada época dé origena infinidad de personajes en el arte, la poesía y la ficción, sólo unos pocos pueden salvar el abismo que abre nuestra sustancia momentánea y y la sombra de lo perenne. A esta cantidad pertenece Carmen.
George Steiner
domingo, 3 de enero de 2010
Lulu-Alben Berg
Lulu es el segundo y póstumo título de Alban Berg quien la dejó incompleta a su muerte en 1935, su viuda le encomendó la terminación a Schönberg pero al negarse prohibió que nadie lo hiciera, asi se estrenó incompleta en 1937, hasta que con su desaparición pudo imponerse la versión terminada por Friedrich Cerha en 1979. Berg la compuso según procedimientos y lenguaje del sistema dodecafónico que Schönberg ideó para poner cauce al atonalismo. Sin embargo, la personalidad de Berg, particularmente lírica, hizo también que su nueva ópera como la anterior Wozzeck se inscribieran en la tradición tardo romántica, a la vez que se convirtieron en emblemáticas de la vanguardia alemana con signo expresionista. Berg se murió antes del endurecimiento del régimen nazi que calificó a su música también como Entarterte Musik (música degenerada).
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